Lexus LC 500: Milan to Munich

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Cultura Racing traspasa las fronteras españolas para probar el nuevo LC en una aventura sin igual.

Si hay una marca que se está ganando por derecho propio un sitio en el reñido segmento de las marcas premium es Lexus, algo más que un fabricante de coches, es un estilo de vida, y así lo hemos constatado durante unos días en una experiencia que nos ha llevado a recorrer media Europa a bordo del nuevo LC500 gracias al concesionario Lexus Granada.

Siempre a la vanguardia, Lexus ha sido pionera en la introducción de tecnología híbrida, una materia donde son líderes con un millón de vehículos híbridos circulando por las carreteras de todo el mundo.

Pero la marca de lujo del grupo Toyota no son solo híbridos, es mucho más. Ya nos dimos cuenta hace años con el IS 220d, el primer modelo Lexus que probamos y que nos transmitió un estilo diferente de entender la automoción. Y es que la firma japonesa no solo es capaz de imprimir un carácter especial a sus creaciones, sino de involucrarte en un mundo creado para la satisfacción del conductor.

El máximo exponente de ese espíritu o ese ‘Lifestyle‘ es el LC500, el nuevo supercar que ya se está empezando a comercializar y que hemos podido probar en un largo periplo que nos ha llevado a recorrer cinco países de nuestro continente.

Empezamos esta andadura en Milán, una de las ciudades icónicas del diseño automovilístico. En el Hotel Sheraton del aeropuerto nos recibe Etienne Plas, coordinador de Lexus en Europa, quien nos da un completo briefing con el planning que seguiremos durante estos días, en los que pondremos a prueba el nuevo LC en diferentes carreteras y entornos, y explicando unas pautas básicas de funcionamiento del coche que nos espera.

El LC 500 se fabrica en dos motorizaciones, el 500h, que rinde 359 cv y viene equipado con un motor atmosférico V6 de 3,5 litros al que se le ha añadido el nuevo sistema Multistage Hybrid de Lexus, que ofrece una excelente eficiencia y, según la marca, es la experiencia de conducción híbrida más cautivadora hasta la fecha.

La segunda variante el LC500 desarrolla 477 cv y equipa un motor de gasolina atmosférico V8 de 5 litros, un motor que ya probamos en profundidad en el RC-F, y al que se le ha acoplado una nueva transmisión automática de 10 velocidades, toda una primicia mundial en un coche de pasajeros premium.

Justo al salir del hotel, un despliegue de LC’s nos espera para comenzar esta aventura. Nuestra primera unidad de pruebas es un 500h de un bonito color rojo, en el que nos sorprende un maletero más grande de lo esperado. Nuestras tres maletas caben a la perfección en sus 172 litros, al que accedemos pulsando un interruptor desde el interior, o accionando un disimulado botón en la tulipa derecha.

Cuando nos presentaron el modelo hace unos meses en el evento LC Roadshow de Granada nos fascinó, y ahora que estamos a punto de probarlo a fondo, debemos reconocer que nos sentimos emocionados.

Partimos en dirección a Suiza, unos 500 kms nos separan de la primera escala de este viaje. La primera parte del recorrido la hacemos por autovía y autopista, hay algo de tráfico denso así que nos lo tomamos con calma, el viaje es largo y vamos a tener oportunidad de ponerlo a prueba, así que aprovechamos para ir haciéndonos al coche mientras examinamos su interior con minuciosidad.

El habitáculo del LC está cubierto al completo por materiales nobles, creando una atmósfera de lujo que nos resulta cómodamente familiar. El acabado de la tapicería y los detalles reflejan la artesanía Takumi y la atención al detalle por la que se reconoce a Lexus a nivel mundial.

La calidad del interior es la misma que los demás modelos de la gama, incluso que el CT200h, el compacto que probamos hace años y con el que estamos encontrando muchas similitudes de diseño y calidades.

El puesto de conducción se ha diseñado ergonómicamente con una intuitiva disposición de los controles y una excelente posición en el asiento. En él, disfrutamos de una óptima vissión de la carretera que no se ve perjudicada por nuestra baja posición baja gracias a una línea del capó baja, el perfil bajo del salpicadero y la ubicación y anchura estrecha de los pilares delanteros.

En el volante percibimos el mismo tacto agradable y de buena piel que en el resto de modelos de Lexus. Una curiosa muestra de que la marca otorga la misma importancia a todos sus modelos, ya que por ejemplo, en BMW si queremos el volante «bueno» hay que adquirir el pack opcional M, mientras que aquí desde el pequeño CT hasta el estratosférico LC, encontramos gran cantidad de componentes de similares acabados.

En el LC se ha prestado especial atención a su diseño, con un cambio en la sección cruzada en toda la circunferencia para permitir variaciones en el agarre y la contorsión de la muñeca. Las nuevas levas de cambio de aleación de magnesio se han perfilado para un mejor control con los dedos sea cual sea nuestra posición.

La comodidad de sus asientos es algo que también conocíamos, pero que sigue atrayendo y conquistando. En el LC seguimos encontrando tanto delante como detrás unas butacas con la mejor combinación posible de apoyo y comodidad gracias a una nueva técnica de construcción en dos partes en la que la parte principal del respaldo cae sobre la zona de los hombros y envuelve la espalda.

Para garantizar un soporte lateral superior, se ha añadido un refuerzo en la zona de los omóplatos del conductor y unas inserciones de resina que mejoran la sujeción de los refuerzos laterales.

El mullido se ha moldeado para garantizar un apoyo excelente para la pelvis, de manera que la presión se distribuya equitativamente delante y detrás. Por otro lado, la cadera del conductor queda lo más cerca posible del centro de gravedad del coupé. El resultado es un ajuste perfecto y un elevado confort desde que nos sentamos.

Todos los interruptores y controles relacionados con la conducción se encuentran muy a la mano, en una zona concentrada alrededor del volante. Las pantallas de información, heredadas directamente del Lexus LFA y construidas con la tecnología TFT (transistor de película fina) estan organizadas por orden de importancia dentro de la zona superior del salpicadero. Además, todas están a la misma altura para reducir el grado de movimiento ocular necesario para que el conductor pueda leerlas.

Nos llama la atención que, al contrario que en algunos coches deportivos en los que prima el conductor, aquí el puesto del acompañante goza de unas atenciones similares, como dos lujosas asideras, tres toberas de climatización, etc. Visualmente, el área alrededor del copiloto se extiende hacia afuera, creando un espacio cómodo y acogedor.

Continuamos nuestro viaje por autovía, un terreno donde el LC se deja llevar con suma comodidad, pero con la precisión típica de los productos japoneses. Cruzamos la frontera con Suiza y un poco más adelante, tomamos el desvío de San Bernardino en busca de una carretera secundaria que nos ofrezca algo de acción.

Hay que reconocer que al principio teníamos nuestras reservas sobre el comportamiento del LC en carreteras de curvas. Este coupé no es un coche pequeño, y sus casi 2.000 kilogramos de peso y cerca de 5 metros de longitud deberían ser un gran lastre para la agilidad de este deportivo.

Nada más lejos de la realidad, en las primeras curvas que abordamos sobre carreteras de doble sentido, el coupé japonés se muestra ágil, cómodo, y sorprendentemente fácil de llevar, fruto del gran trabajo realizado en los nuevos sistemas multibrazo de suspensión y la dirección trasera dinámica DRS.

Conforme avanzamos en esta ascensión, la carretera empieza a estrecharse y las curvas se rizan cada vez más, pero para nuestra sorpresa, podemos seguir manteniendo un ritmo rápido a la vez que cómodo. Mientras vemos cómo el paisaje desfila rápidamente por nuestras ventanillas, en el interior del LC solo hay calma.

Una parada fotográfica en las pintorescas montañas alpinas nos obliga a bajarnos del coche y contemplarlo desde fuera en un entorno bastante más favorable que las autovías en las que iniciamos el trayecto. La escena es cautivadora. La inconmensurable belleza de los valles más verdes de Europa sirven de perfecto escenario para el seductor y vanguardista diseño del LC.

Sus perfectas proporciones de coupé de lujo y sus fluidas líneas bajas del techo y el capó proyectan gran elegancia a la vez que le otorgan aire deportivo y futurista. El perfil atlético del coupé de lujo se caracteriza por una línea del techo amplia, que se estrecha hacia atrás desde encima del habitáculo centrado para crear una silueta distintiva.

Las molduras cromadas que enmarcan el techo de cristal amplifican el elegante perfil del coupé, con unos bordes posteriores que recuerdan a las líneas de una espada tradicional japonesa. El acabado oscurecido del techo y los pilares traseros crea un efecto flotante que separa visualmente el techo del alerón trasero.

Unos voladizos muy compactos, una línea del capó extraordinariamente baja, además de unos prominentes laterales delantero y trasero que se ensanchan en el centro del
coche para acomodar las ruedas de hasta 21 pulgadas son el resultado del gran trabajo de ingeniería que está detrás del LC. Según la marca, el objetivo era conseguir un un alto nivel de rendimiento aerodinámico para mejorar la estabilidad y calidad de conducción.

Continuamos subiendo con dirección al lago Moesola y decidimos ahora probar el modo de conducción más deportivo, buscando las máximas sensaciones que nos pueda ofrecer el LC500. Accionamos el mando superior derecho hasta activar el modo Sport + y pisamos el pedal del acelerador con contundencia. El continuo par que ofrece el 500h desde muy bajas vueltas es tal que el tacómetro asciende puestos en su escala de forma vertiginosa.

El motor de gasolina 3.5 V6 con inyección directa de combustible D-4Sy Dual VVT-i que incorpora el LC 500h es tremendamente potente, estirando hasta 6.600 rpm, y se amplifica con el motor eléctrico del sistema Multistage Hybrid, permitiendo que se genere una potencia mucho mayor en las aceleraciones.

Con sus 359 cv, una aceleración de 0 a 100km/h en solo cinco segundos y su transmisión de 10 velocidades multietapa podemos devorar las rectas a un ritmo rapidísimo, incluso a los 2.000 metros de altitud a los que nos encontramos, y tener un paso por curva tal, que en cada giro ponemos a prueba los límites de agarre de los neumáticos.

El responsable de que podamos rodar a este ritmo sin perder la compostura es el complejo chasis GA-L (Global Architecture – Luxury de Lexus), que en todo momento demuestra una rigidez excepcional manteniendo un centro de gravedad muy bajo.

Para ello, Lexus ha utilizado materiales con propiedades diferentes en las distintas zonas del coche, que ofrecen fuerza, rigidez y ligereza en la justa medida, básicamente “el material adecuado para el trabajo adecuado”.

Las partes que no se deforman están hechas de acero de ultra alta resistencia, mientras que se ha utilizado acero de alta resistencia con buenas propiedades elásticas para elementos diseñados para deformarse en un impacto y disipar energía. La rigidez del armazón está respaldada por acero general con un alto grado de rigidez y se usa aluminio estratégicamente para un rendimiento excelente de absorción de energía y para la carrocería externa, donde la ligereza y la resistencia son importantes.

Finalmente, se ha utilizado plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) dentro y fuera. Para conseguir una conducción cómoda, Lexus ha incrementado la cantidad
de adhesivo utilizado para unir los componentes del armazón del LC, unos 73m en total. Además, se han utilizado líneas de soldadura en lugar de puntos siempre que ha sido posible.

Por otro lado, los nuevos sistemas de suspensión multibrazo delantero y trasero del LC se encargan de conseguir una respuesta excelente del vehículo y un preciso control de la dirección incluso en asfaltos bacheados y fuertes apoyos como los que estamos teniendo en este último tramo del recorrido.

Sorprendidos por el excepcional comportamiento del LC y el fuerte ritmo que nos permite imponer por las serpenteantes carreteras, llegamos, casi sin darnos cuenta, al hotel que la marca nos tiene reservado en los alpes suizos, un complejo resort de lujo ubicado en el pueblos de Flims, justo en el corazón de los Grisones.

Dentro del  el establecimiento encontramos diversos motivos y ambientación que recrean esa atmósfera Lexus percibida en el interior del vehículo. La elección de este Hotel no ha sido arbitraria, pues solo bastan unas horas en él para darnos cuenta de que es una extensión de ese ‘amazing experience’ que la firma japonesa tiene por eslogan.

Cuidada atención y esmerado trato, el mismo agrado y atenciones que el conductor recibe en el interior de cualquier modelo Lexus es el que nos dispensa el personal del hotel. En definitiva todo forma parte este estilo de vida que hemos mencionando antes, la única forma en que la marca concibe que se puede tratar a un cliente.

Volvemos a la carretera, esta vez a los mandos de otra unidad, un LC 500 de color amarillo. El corazón de este LC 500 es el motor de gasolina atmosférico V8 de 5 litros  y 477 cv con un par máximo de 540Nm generado a 4.800rpm, y capaz de girar a un máximo de 7.300rpm.

Este propulsor, el mismo que probamos en el RC-F y que lleva también el GS-F, combina el ciclo Atkinson con la inyección de combustible D-4S. La potencia llega a las ruedas traseras a través de una nueva transmisión automática de relación corta de 10 velocidades, consiguiendo un paso de 0 a 100km en menos de 4,5 segundos para un consumo de combustible combinado de solo 11,5l/100km.

Por ahondar un poco más en esos detalles técnicos que tanto nos gustan y que abundan en cualquier modelo de Lexus, cabe mencionar que el motor está diseñado en construcción ligera, con bielas forjadas de alta resistencia y válvulas de titanio que mejoran el funcionamiento a altas revoluciones.

De reducir la vibración de este bloque V8 se encarga un doble amortiguador torsional en la polea del cigüeñal, mientras que el bajo consumo de combustible se debe a la inyección directa D-4S, con funcionamiento en ciclo Atkinson y sistema de válvulas variable VVT-i optimizado para una alta relación de compresión.

Otro importante logro que creemos necesario destacar es el de la nueva caja automática de cambios del LC500, en la que Lexus quería evitar esa incómoda caída de régimen que sufren las transmisiones automáticas en las marchas superiores.

La solución de Lexus es una nueva unidad de 10 velocidades con relaciones cortas que juntan las marchas y un espacio homogéneo entre cada marcha, añadiendo además una marcha adicional para eliminar la sensación de que la segunda y la tercera se demoran demasiado, y hay una décima que permite una velocidad de crucero alta a pocas rpm. Toda una primicia mundial en la automoción en un coche de pasajeros premium.

Si la transmisión de 8 velocidades del RC-F ya nos dejó impresionados, este nuevo sistema con 10 ofrece algunos de los cambios más rápidos del mundo, proporcionando una respuesta rápida, un cambio rítmico sin efectos de “shock” y un sonido del motor armónico, que contribuyen en gran medida al objetivo principal de hacer el LC “más intenso y refinado”.

Siguiendo con la interminable lista de desafíos técnicos a los que se han enfrentado los ingenieros japoneses a la hora de desarrollar esta joya, se ha trabajo concienzudamente en que el sonido del motor esté a la altura del resto del vehículo.

En el nuevo LC, la marca ha dado grandes pasos para conseguir un sonido del motor que realmente remueva las emociones de sus ocupantes, y debemos decir que lo han logrado. De hecho, los ingenieros han trabajado para combinar los sonidos producidos por los sistemas de toma de aire delanteros y el sistema de escape trasero para crear lo que describen como un efecto “auditorio” dentro del habitáculo cuando el coche gana o pierde velocidad.

El sonido se ha desarrollado especialmente para el LC, para reflejar las cualidades de rendimiento específicas del coupé. A pocas revoluciones del motor, el sonido del escape produce una sensación de potencia, mientras que, a altas velocidades, el sonido del motor evoca una sensación estimulante.

Una última parada para hacer fotografías, esta vez en las inmediaciones de un frondoso bosque, nos hace darnos cuenta de que es relativamente fácil entrar y salir del LC. El espacio para las piernas debajo del salpicadero es generoso mientras que la diferencia de altura entre el estribo y el suelo del vehículo es reducido, algo muy de agradecer en un coche deportivo y que rara vez nos encontramos.

La última jornada empieza con la incomparable estampa multicolor que forman los LC aparcados junto a las coloridas flores de la entrada del Hotel. El despliegue de de tonos y la espectacularidad de sus líneas contrastaban más aún esta mañana, que amanecía con el suelo mojado como consecuencia de una una noche lluviosa.

Para el recorrido programado de hoy contamos con una nueva unidad de pruebas, ahora de un reluciente color blanco metalizado, y de nuevo con la motorización híbrida de 359 cv, que esta vez pondríamos a prueba sobre esa peligrosa mezcla que es el asfalto y el agua.

Iniciamos el última trayecto de esta increíble experiencia por Europa por carreteras en buen estado que pronto empezaran a secarse, pero que aun conservan la humedad suficiente para poner a prueba el comportamiento de nuestro lujoso  coupé 2+2.

Buscándole las cosquillas en las curvas, el comportamiento del LC es ejemplar, no solo no se mueve del sitio sino que además percibimos una especie de ligero pero controlado sobreviraje que nos ayuda a redondear nuestra trazada. No es la trasera que se está yendo debido al agua, sino el sistema DRS, que controla independientemente los ángulos de dirección delanteros y traseros para mejorar la respuesta de giro, el agarre trasero, la estabilidad del vehículo y la agilidad en general al tomar curvas.

Efectivamente, el LC 500 cuenta con dirección en el tren trasero, y aunque a los puristas les pueda parecer una osadía, podemos asegurar que el sistema funciona a las mil maravillas y que hace que nuestra experiencia de conducción con el Lexus sea, una vez más, algo maravilloso.

A velocidades inferiores a 80 km/h, el sistema hace girar las ruedas delanteras y traseras en direcciones opuestas y a partir de ahí en la misma dirección. El resultado es una respuesta excelente de la dirección en la conducción cotidiana, fiel a las órdenes del conductor, con una gran sensación de adherencia del neumático trasero y una respuesta instantánea al tomar curvas a gran velocidad.

Saliendo de los Alpes, el navegador de nuestro exclusivo híbrido nos indica que tomemos autovía, momento que creemos oportuno para probar los sistemas de seguridad activa de los que nos hablaron en el briefing.

Todas las versiones del LC vienen equipadas de serie con Lexus Safety System +, una colección de prestaciones de seguridad activa para ayudar al conductor a evitar un accidente o paliar las consecuencias de un choque.

El sistema utiliza una cámara y un radar de onda milimétrica para vigilar la carretera en busca de peligros potenciales y riesgos de colisión. Nos llama la atención que, mientras que otras marcas tienen sus radares de proximidad a la vista en la rejilla inferior del paragolpes, el LC lo lleva perfectamente camuflado tras el emblema frontal.

Así pues, el LC cuenta con un sistema de seguridad precolisión (PCS) diseñado para detectar vehículos y peatones, control de crucero adaptativo a cualquier velocidad (ACC), asistente de mantenimiento en carril (LKA) con alerta de salida del carril (LDA) y función de advertencia de deriva, un sistema de luces de carretera automáticas (AHB) y asistente de señales de tráfico (RSA).

Traducido al asfalto y como resultado de nuestra prueba, el LC es perfectamente capaz de controlar de forma autónoma el volante siguiendo las marcas viales de la carretera, de avisar cuando nos salimos del carril, de reconocer las señales de tráfico y mostrárnoslas en el tablero de instrumentos, de acelerar o de frenar solo dependiendo de si tenemos vehículos delante de nosotros, y de la distancia a la que estén.

Si no tenemos ningún obstáculo delante, es decir, si el radar de control de crucero adaptativo detecta que no hay coches en nuestro carril, el LC acelera automáticamente
y con suavidad hasta alcanzar la velocidad de crucero preestablecida.

Con un asfalto cada vez más seco y a medio camino del primer destino de nuestro planning, hacemos la primera parada fotográfica del día. Cruzamos el rio Rhin y entramos en Liechtenstein, que, con sus escasos 160 kilómetros cuadrados es uno de los Estados más pequeños del mundo, situado entre Suiza y Austria.

Las armoniosas calles de la ciudad de Balzers, el Castillo Gutenberg y la parroquia de St. Nikolaus son los elegidos como arquitectónico atrezzo con el ponemos a posar el LC500h.

Abandonamos los tranquilos vecindarios de Balzers y ponemos rumbo a Füssen, una región alemana al pie de los Alpes en el estado alemán de Baviera, muy cerca de la frontera con Austria. Será la primera escala de este trayecto hasta el que llegaremos recorriendo un último tramo de Suiza y atravesando parte de Austria.

El tiempo no pasa igual en las cómodas butacas del LC, y no pasa mucho rato hasta que dejamos tierras austriacas y entramos en terreno alemán. La famosa autobahn con sus tres carriles y tráfico despejado nos permite acelerar un poco más y ver que tal ‘planea’ nuestro Lexus a altas velocidades.

La intensidad y respuesta a la dirección, el progreso rítmico de la transmisión, la sujeción y comodidad de los asientos y la correcta posición de los pies en los pedales permiten una placentera conducción. En ningún momento los inconvenientes de circular a gran velocidad se ven traducidos al interior del Lexus.

Podemos mantener una alta velocidad de crucero sin percibir apenas ruido aerodinámico, sonido de los anchos neumáticos, baches o derivas indeseadas. Además, gracias al sistema híbrido, el consumo instantáneo se mantiene por debajo de los 10 litros, la mitad que sus rivales directos con siglas M, AMG, RS o incluso Carrera.

Continuamos nuestros periplo por tierras bávaras y tomamos una serie de desvios, ya en Füssen que nos meten el primer destino del planning, un bonito restaurante a orillas del lago Forggensee, y al fondo la imponente estampa del Castillo de Neuschwanstein.

La imagen de todos los LC aparcados juntos es deslumbrante. Detrás unos cuidados jardines dan paso al lago, y tras este, las colinas que albergan el castillo. Casi podemos asegurar de que nunca hemos contemplado belleza igual.

Este idílico sitio vuelve a conjugar con el espíritu Lexus, ofreciendo lujo, comodidad, presencia y donde recibimos una magnifica atención. Consiguen su propósito, al bajarnos del coche seguimos sintiéndonos igual de mimados que en el interior de nuestro LC.

Tras el paso por este romántico restaurante, la siguiente parada fotográfica de nuestro viaje estaba clara. La emblemática construcción por encargo del rey Luis II de Baviera en 1866 es el edificio más fotografiado de Alemania y uno de los destinos turísticos más populares en ese país, y hoy, será un perfecto escenario para acompañar nuestra caravana de LC500.

Mientras fotografiamos el LC al pie de la montaña, volvemos a caer en la belleza de sus líneas y los interminables detalles de su diseño. Siguiendo sus contundentes aristas y esa tecnológica y refinada apariencia, nuestra vista se pierde entre los intrincados detalles de su carrocería.

Ya reparamos en ellos en el LC Roadshow que os recordábamos antes, y aquí y ahora, con esta vista y este contexto geográfico es un momento idóneo para volver a reparar en ellos.

El LC se fabrica en la planta de Lexus en Motomachi, donde se construía artesanalmente el LFA, que por si no lo hemos mencionado aún, creemos que es obra maestra de Lexus. El diseño de la fábrica y sus instalaciones se han adaptado a la producción del LC para garantizar los niveles de calidad más altos.

Muchos de los Takumi y otros trabajadores especialistas que construyeron el LFA se pasaron al proyecto LC, llevando consigo su conocimiento y experiencia,
sobre todo en cuestiones como el manejo de las piezas de fibra de carbono y los acabados a mano.

La nueva línea de producción de Motomachi es completamente blanca, desde el suelo hasta el techo, para crear un entorno que ayude a los miembros del equipo a concentrarse en su trabajo. Cada persona pasa unos 20 minutos trabajando en cada coche, combinando su habilidad manual y ocular con el uso de tablets para comprobar y volver a comprobar la calidad de cada proceso.

Las últimas comprobaciones se hacen en una cabina de inspección con paredes de cristal y luces LED (instaladas hasta en el suelo) para garantizar la precisión de todas las superficies y paneles de la carrocería, la uniformidad del color, la calidad del interior y el funcionamiento de las piezas funcionales.

El grosor del cristal también permite detectar hasta la más mínima anomalía en el sonido en las comprobaciones dinámicas que supervisan el ruido y la vibración.

Pero esta minuciosidad no solo se remite al exterior, sino que tiene su reflejo en el habitáculo. Las habilidades de los Takumi se notan en la costura de precisión, que mantiene un acabado sin taras donde el cuero se extiende por superficies complejas.

El efecto del recubrimiento de Alcantara en los paneles de las puertas y la disposición de las perforaciones en la tapicería de los asientos también dan muestra de la atención al detalle para intentar crear un habitáculo perfecto.

La forma y el tacto del volante, crucial para transmitir al conductor la calidad del rendimiento del LC, se definieron en horas de pruebas y más pruebas por parte de un maestro Takumi conductor.

Su exhaustivo análisis produjo un diseño de sección cruzada muy complejo. El perfil de cada sección del volante tiene la forma ideal para ajustarse al cambio de agarre del conductor y a la posición de las manos al virar.

Se aplicó el mismo proceso al desarrollo de la forma y la acción de las levas de cambio para la selección de marcha manual. Fabricadas en aleación de magnesio fría al tacto, tienen un perfil bien definido para facilitar su uso y funcionan con una satisfactoria respuesta rápida.

La construcción y el acabado del pomo de la palanca de cambio ejemplifica la artesanía y atención al detalle invertidas en todo el vehículo. Se han hecho grandes esfuerzos para garantizar que esta pieza tan táctil transmita el nivel de calidad que solo los artesanos más hábiles pueden ofrecer.

El recubrimiento de cuero, en línea con el uso extensivo de piel en el habitáculo del LC, está creado con un método de costura interior que mantiene las puntadas ocultas. Las costuras parecen rectas gracias a las habilidades avanzadas de los artesanos de Lexus (el margen de cosido es de solo 2mm), mientras que el tamaño de los orificios de las puntadas así como el grosor y ángulo de la aguja se someten a comprobaciones constantes para garantizar una consistencia perfecta.

Las partes metálicas quedan ligeramente huecas para que la palma de la mano del conductor note solo la superficie de cuero cuando use la palanca. Las distintas partes del pomo tienen cualidades táctiles que contrastan: la parte superior es suave y lisa, con una capa de uretano que añade flexibilidad, mientras que la superficie de cuero perforado de la sección trasera del pomo es más dura al tacto para transmitir una sensación expresiva en cada cambio de marcha.

El acabado del plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) del LC tiene un efecto de tejido de sarga, que es posible gracias a un nuevo proceso de transferencia de resina de moldeo (RTM) a alta velocidad, desarrollado en la fábrica de Motomachi a partir de una técnica empleada originalmente en la producción del Lexus LFA. El material de fibra de carbono bruto se inserta en un molde y se sujeta antes de insertar el material de resina.

El resultado es un proceso apto para el volumen de producción. El uso del techo de CFRP es una de las principales contribuciones al centro de gravedad bajo del coupé y reduce el peso total.

Lexus ha adoptado una nueva técnica para combinar acero y aluminio y ahorrar peso en áreas clave, sobre todo en la construcción de las torres de suspensión delanteras.

El uso del remachado autoperforante permite que estos metales se unan con seguridad donde los métodos de soldadura tradicionales no son adecuados: en lugar de aplicar puntos de soldadura, el material se perfora solo en la parte superior.

Tras leer esto, seguro que acabas tan enamorado del LC como nosotros, a punto ya de terminar este Roadtrip, y pensando en adquirir un Lexus CT o un IS -más acordes con nuestros bolsillos- y poder seguir disfrutando esta amazing experience que nos ofrece la firma japonesa en cada uno de nuestros desplazamientos cotidianos.

Emprendemos la última fase del camino con el punto de mira en la escala final de nuestro apasionante viaje, Múnich, la capital de Baviera. Mientras tanto seguimos saboreando un poco más el refinado comportamientos este coupé de lujo 2+2 por los bonitos pueblos de esta región y el tranquilo rodar de sus carreteras, donde nos animamos a poner en funcionamiento lo poco que nos queda por probar del LC, su equipo de música.

Como en tantas otras cosas que hemos ido viendo, el nuevo LC equipa piezas de igual calidad o inspiración que el resto de modelos Lexus, y el equipo de sonido no iba a ser menos.

Nuestros coches de pruebas montan nada menos que un sistema Mark Levinson con trece altavoces, firma con la que Lexus tiene una joint venture desde 2001, pudiendo así desarrollar sistemas de sonido de la mejor calidad hechos a medida para sus vehículos.

Diseñar el sistema para ofrecer la mejor experiencia acústica en el LC supuso nuevos desafíos, ya que el sonido no reacciona igual en el habitáculo de un coupé 2+2 que en un sedán grande o un SUV.

Los especialistas de Mark Levinson midieron las frecuencias de sonido producidas en distintas partes del habitáculo con 24 micrófonos individuales que produjeron datos que les ayudaron a trabajar con los ingenieros de Lexus para colocar con precisión los 13 altavoces.

Como resultado, el equipo de audio puede hacer el sonido en el habitáculo más grande de lo que es en realidad, dando a quien escucha la sensación de estar en un auditorio en vez de en el interior de un vehículo” según palabras del ingeniero jefe del LC, Koji Sato.

Para respetar los requisitos de Lexus para un peso contenido del vehículo, los ingenieros de Mark Levinson redujeron la masa de los altavoces hasta en un 30 por ciento en comparación con los del LS, sin perjuicio del rendimiento. En total el ahorro de peso fue de 136 gramos por cada altavoz.

Los altavoces del LC cuentan con un diafragma de metal cerámico (CMMD). Al atrapar un conductor de aluminio entre capas de compuesto cerámico, las ondas de audio pueden viajar a casi el doble de velocidad entre los conos, produciendo un sonido que es una réplica casi exacta de la grabación original.

Mientras van pasando los kilómetros, no solo nos hacemos cargo de la gran hegemonía que el grupo Toyota-Lexus tiene en los propulsores híbridos, disponibles en todos los modelos de su gama, sino que nos vamos contagiando de la filosofía de la marca, su ‘amazing experience’.

Llegamos ya al aeropuerto de Munich, punto final de este emocionante e intenso viaje en el que nos hemos aprendido el verdadero significado del lema de Lexus, amazing experience, un conjunto de exclusivas vivencias de las que goza cualquier cliente de la marca desde que entra a un concesionario, sea cual sea el modelo que adquiera. No es solo el coche, sino toda la experiencia vital que supone ser propietario de un Lexus.

En unos tiempos donde los coches se diseñan en base a los estudios de marketing, es un privilegio que una prestigiosa firma como Lexus se haya preocupado en construir un coche basándose en las emociones, y dotándolo de los mayores avances tecnológicos, dinámicos, y pasionales para que disfrutemos una marca, un estilo de vida.

Esto y mucho más puedes verlo en el Concesionario Lexus de Granada, donde recibirás esmerada atención sobre cualquier modelo de su gama, un trato que te hace formar parte de una familia en la que el coche es el producto final, pero el protagonista eres tú.

Texto y Fotos: JuanGa Rueda

Agradecimientos: Concesionario Lexus Granada y Lexus España.




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