Con motivo de la compra de un SLK 55 AMG de un viejo amigo de Murcia, nos reunimos junto con otro amigo propietario de un CLK 55 AMG en la manga del mar menor para pasar un día charlando de nuestros Mercedes y sacar unas bonitas fotos.
Más de 320 kms duró mi viaje hasta S. Pedro del Pinatar, pero el trayecto se me hizo corto pensando en lo que me esperaba.
Cuando llegué y ví el SLK me resultó espectacular. Era el primer SLK AMG R171 k veía, el segundo vendido en España creo k nunca olvidaré esa imagen tan impactante.
A pesar de haber visto ya muchos SLK de los nuevos, la versión AMG es de todo menos discreta, con unos spoilers y una estética k nos advierten k no estamos ante un Mercedes convencional.
Fuimos a almorzar al Club Náutico de Lo Pagán, y durante el trayecto iba fascinándome con la trasera del SLK, donde unos silenciadores con franjas horizontales dan lugar a cuatro salidas de escape cromadas bestiales!!!
El almuerzo transcurrió entre charlas de coches, coches y coches como viene siendo habitual en ests reuniones.
Depues estuve viendo el otro AMG de la reunión. El aspecto del CLK C208 es más disimulado, solo los bajos, las llantas y las salidas de escape denotan el carácter indómito del cupé germano. El sonido es realmente embriagador.
Ese día también tuve la oportunidad de subir a un fabuloso yate, un Sunseeker Predator. Era precioso, con madera y moqueta por todos lados, una suite de lujo sobre el agua. Bajo la parte trasera se alberga una zodiak, y tras esta, los dos potentes motores.
Por fin llega el momento más esperado del día y me subo para dar una vuelta en el SLK… El bramido que desprende el V8 de 360 cv es sensacional. Era la primera vez en mi vida que tenía contacto con un V8 y debo decir que es verdad todo lo que se dice sobre ellos… entendí porqué es la mecánica por excelencia del Muscle Car americano.
El propulsor de este Mercedes desarrolla 510 Nm que lo catapultan de 0-100 en 4,9 segundos, nada k envidiar a los grandes superdeportivos.
La primera parte del “paseito” fue muy tranquila, hablando sobre el funcionamiento de la instrumentación. Sin embargo la vuelta ya no lo fue tanto; dimos un acelerón y aquello fue increíble. No supe calcular de cuantos metros era la recta que teníamos delante, pero lo que si recuerdo como si todavía estuviera allí es la rapidez con la que la recorrimos y lo pronto que hubo que empezar a frenar.
Para que os hagáis una idea, ni nos dio tiempo de subir a la zona buena del cuentavueltas.
Escuchar como va transformándose el sonido del motor mientras te ves pegado al asiento de un Mercedes de 90.000 € es una experiencia inolvidable y casi indescriptible.
El documento de AMG que veis fotografiado es el certificado de eliminación del limitador electrónico de velocidad que AMG fija en 300 km/h… 3.000 € hay que pagar por él.
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Fotos: JuanGa RR.
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